¿Me interesa o me ocupo por lo inmediato, lo urgente o lo fundamental?
Mercantilista-Utilitarista-Pragmático
Tecnológicamente muy ricos, humanamente muy pobres.
“Todos los días mi hermana dice que se va a vender su cuerpo,
lo más curioso es que al día siguiente ella vuelve con él”[1].
El relato cuenta la historia de un señor que estaba en una cafetería, tomándose un café, mirando algunos documentos en su computador portátil. Un niño entra a pedirle algo de comer. En su diálogo con el niño le pregunto acerca de sus hermanos y entre explicaciones le contesto de esa manera.
La lectura invita a reflexionar acerca del mundo que vivimos y el mundo que viven otros. Crea un momento interminable de pensamiento acerca de la indiferencia, de estar en “diferencia con la indiferencia”, además de la mirada a los otros a través de la pantalla, de la Telépolis.
El peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos,
sino tratarlos con indiferencia; esto es la esencia de la humanidad
William Shakespeare
Pero esta reacción cognitiva acerca hay que aterrizarla a los ambientes educativos, ¿Qué mundo están llevando los maestros a los momentos de encuentro con sus estudiantes?
Definitivamente la formación del maestro determina las características de su diálogo, de su dialéctica con sus estudiantes. Sería muy amplio hablar de todos los maestros en cuanto a su área de conocimientos se refiere, por eso enfocaré mi reflexión en las matemáticas y sistemas computacionales (comunicación tecnológica).
El comportamiento del maestro debe estar totalmente alejado de la inercia mental, del anquilosamiento de conocimiento, de tener veinte años enseñando, uno repetido veinte veces[2]. El momento actual de la humanidad, el proceso de globalización, el de la vida sin fronteras comunicacionales pero si de humanos, lleva al maestro docente a pensarse su papel determinante en la educación y su manera de ver y hacer vida.
Al compartir espacios educativos y orientar la exploración de un conocimiento, el maestro debe conocer la manera como se comportan sus estudiantes, la forma de vida que llevan, su entorno familiar, sus formas de ver el mundo, su registro escolar años anteriores, sus comportamientos sociales, su constructo de vida[3], teniendo en cuenta que la escuela es, en primera instancia un lugar de socialización, de vida social. Para muestra de esto, cierto día se notó como algunos estudiantes aumentaron su nivel de agresividad en juegos del descanso y hasta en clases. La respuesta a esto estuvo en la influencia que estaban teniendo a través de la televisión con un programa, al parecer infantil, llamado Los Power Rangers. Esta situación requirió que los maestros de ese entonces se tomaran la tarea de ver estos programas, no para incorporarlos a sus estilos de vida, sino para tener una imagen clara de lo que sus estudiantes están viviendo, de
…la manera como los medios de comunicación (mass media), la cultura de la imagen y su solapada intención mercantilista-utilitarista,
condiciona el comportamiento social del educando (de toda la sociedad, basta ver como en Colombia la novela “Los Reyes”, influyo notablemente el lenguaje cotidiano a tal nivel que sin, distinción social, se incorporaban frases frecuentes de su personaje Edilberto Reyes tales como “péguele”, para indicar a otra persona que coma lo que le está ofreciendo).
Se adicionan a estos fenómenos de forma y tiempo, el de las nuevas tecnologías y la manera como están afectando el ambiente educativo. Inicio por declarar que el tiempo para los adolescentes (hablo de este rango de edad para no extenderme) está siendo escaso a la hora de permanecer frente al computador. La consecuencias de este desarrollo del subdesarrollo están siendo contrarias al propósito de un AVANCE tecnológico, puesto que el comportamiento que están asumiendo frente a esto es el de total absorción: llegan emocionalmente afectados por descansar poco, afectivamente condicionados por no poder haberse comunicado de inmediato con su “ser querido”, y desmotivados porque el ambiente escolar no presenta la velocidad y multimedia que les ofrece el mundo del celular, X-Box, Internet y vaya a pensar uno en lo teledildónico y hasta los aparatos que podría ahora pensar como DeseosMatron, que saciaría cualquier deseo fruto del comportamiento biológico del ser humano. Bueno, no menciono aquí la problemática que generan las nuevas formas Bio-Corporales de la imagen de la mujer en cuanto a cuerpos esculturales se refiere.
El mundo que un maestro debe llevar a un espacio de formación es el mundo de la vida, abierto, prudente y no solapado ni hipócrita; no sólo con la idea capitalista de elaboración en masa de objetos-sujetos aptos laboralmente sino sujetos de conciencia global actuar glocal comprometidos, concientes y reflexivos de su compromiso universal con la raza humana, con lo eco-social.
[1] Tomado de reflexiones, Humanismo VI Semestre Lic. Matemáticas, Universidad Católica de Manizales.
[2] Proverbio japonés.
[3] (Mayhew y Edwards, 1966, pág. 41) El niño también lleva consigo intereses y actividades de su hogar y del entorno en que vive y al maestro le incumbe la tarea de utilizar esta “materia prima” orientando las actividades hacia “resultados positivos”
Mercantilista-Utilitarista-Pragmático
Tecnológicamente muy ricos, humanamente muy pobres.
“Todos los días mi hermana dice que se va a vender su cuerpo,
lo más curioso es que al día siguiente ella vuelve con él”[1].
El relato cuenta la historia de un señor que estaba en una cafetería, tomándose un café, mirando algunos documentos en su computador portátil. Un niño entra a pedirle algo de comer. En su diálogo con el niño le pregunto acerca de sus hermanos y entre explicaciones le contesto de esa manera.
La lectura invita a reflexionar acerca del mundo que vivimos y el mundo que viven otros. Crea un momento interminable de pensamiento acerca de la indiferencia, de estar en “diferencia con la indiferencia”, además de la mirada a los otros a través de la pantalla, de la Telépolis.
El peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos,
sino tratarlos con indiferencia; esto es la esencia de la humanidad
William Shakespeare
Pero esta reacción cognitiva acerca hay que aterrizarla a los ambientes educativos, ¿Qué mundo están llevando los maestros a los momentos de encuentro con sus estudiantes?
Definitivamente la formación del maestro determina las características de su diálogo, de su dialéctica con sus estudiantes. Sería muy amplio hablar de todos los maestros en cuanto a su área de conocimientos se refiere, por eso enfocaré mi reflexión en las matemáticas y sistemas computacionales (comunicación tecnológica).
El comportamiento del maestro debe estar totalmente alejado de la inercia mental, del anquilosamiento de conocimiento, de tener veinte años enseñando, uno repetido veinte veces[2]. El momento actual de la humanidad, el proceso de globalización, el de la vida sin fronteras comunicacionales pero si de humanos, lleva al maestro docente a pensarse su papel determinante en la educación y su manera de ver y hacer vida.
Al compartir espacios educativos y orientar la exploración de un conocimiento, el maestro debe conocer la manera como se comportan sus estudiantes, la forma de vida que llevan, su entorno familiar, sus formas de ver el mundo, su registro escolar años anteriores, sus comportamientos sociales, su constructo de vida[3], teniendo en cuenta que la escuela es, en primera instancia un lugar de socialización, de vida social. Para muestra de esto, cierto día se notó como algunos estudiantes aumentaron su nivel de agresividad en juegos del descanso y hasta en clases. La respuesta a esto estuvo en la influencia que estaban teniendo a través de la televisión con un programa, al parecer infantil, llamado Los Power Rangers. Esta situación requirió que los maestros de ese entonces se tomaran la tarea de ver estos programas, no para incorporarlos a sus estilos de vida, sino para tener una imagen clara de lo que sus estudiantes están viviendo, de
…la manera como los medios de comunicación (mass media), la cultura de la imagen y su solapada intención mercantilista-utilitarista,
condiciona el comportamiento social del educando (de toda la sociedad, basta ver como en Colombia la novela “Los Reyes”, influyo notablemente el lenguaje cotidiano a tal nivel que sin, distinción social, se incorporaban frases frecuentes de su personaje Edilberto Reyes tales como “péguele”, para indicar a otra persona que coma lo que le está ofreciendo).
Se adicionan a estos fenómenos de forma y tiempo, el de las nuevas tecnologías y la manera como están afectando el ambiente educativo. Inicio por declarar que el tiempo para los adolescentes (hablo de este rango de edad para no extenderme) está siendo escaso a la hora de permanecer frente al computador. La consecuencias de este desarrollo del subdesarrollo están siendo contrarias al propósito de un AVANCE tecnológico, puesto que el comportamiento que están asumiendo frente a esto es el de total absorción: llegan emocionalmente afectados por descansar poco, afectivamente condicionados por no poder haberse comunicado de inmediato con su “ser querido”, y desmotivados porque el ambiente escolar no presenta la velocidad y multimedia que les ofrece el mundo del celular, X-Box, Internet y vaya a pensar uno en lo teledildónico y hasta los aparatos que podría ahora pensar como DeseosMatron, que saciaría cualquier deseo fruto del comportamiento biológico del ser humano. Bueno, no menciono aquí la problemática que generan las nuevas formas Bio-Corporales de la imagen de la mujer en cuanto a cuerpos esculturales se refiere.
El mundo que un maestro debe llevar a un espacio de formación es el mundo de la vida, abierto, prudente y no solapado ni hipócrita; no sólo con la idea capitalista de elaboración en masa de objetos-sujetos aptos laboralmente sino sujetos de conciencia global actuar glocal comprometidos, concientes y reflexivos de su compromiso universal con la raza humana, con lo eco-social.
[1] Tomado de reflexiones, Humanismo VI Semestre Lic. Matemáticas, Universidad Católica de Manizales.
[2] Proverbio japonés.
[3] (Mayhew y Edwards, 1966, pág. 41) El niño también lleva consigo intereses y actividades de su hogar y del entorno en que vive y al maestro le incumbe la tarea de utilizar esta “materia prima” orientando las actividades hacia “resultados positivos”
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